Columna de Opinión: Día Internacional de los Derechos Humanos

Cada 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos. Ese mismo día en 1948 fue promulgada la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General de Naciones Unidas. Con ese motivo el Director de Asuntos Nacionales e Internacionales UTEM Víctor Osorio, quien además coordina el Programa de Derechos Humanos y Ciudadanía, se dirigió a la comunidad poniendo el foco en los desafíos asumidos por la UTEM para promover una formación integral que incluya la educación para la ciudadanía y en derechos humanos. Ello, en plena consistencia con los sellos institucionales de nuestra Casa de Estudios.

El fin del siglo XX anunció cambios civilizatorios relevantes en la vida de las sociedades a nivel mundial, cambios que impactaron e impactan aún la vida de las mujeres y hombres de nuestros tiempos, transformaciones que levantan nuevos desafíos para todas y todos. Uno de ellos fue la irrupción de “un ideal común para todos los pueblos y naciones”, como dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos, promulgada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.

A partir de ello, cada 10 de diciembre la humanidad conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos.

La Declaración Universal es un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. El Artículo Primero proclama: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

Se trata de un imperativo universal, transversal a la totalidad de las dimensiones de la sociedad y, por tanto, a todos los ámbitos del conocimiento y aquellos en los que se produce la vida en sociedad. Los Derechos Humanos tienen que ser aprehendidos, siempre, en todo lugar y circunstancia, como principios universales e intransables.

En ese contexto, la UTEM ha asumido el desafío de promover una formación integral que incluya la educación para la ciudadanía y en derechos humanos. Ello, en plena consistencia con los sellos institucionales de nuestra Casa de Estudios.

En primer término, la Tecnología. Para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el enfoque de derechos humanos supone el desafío de identificar cómo se relaciona la producción del conocimiento científico y tecnológico con los derechos fundamentales de las personas, e incorpora la dimensión ética que apunta a que la innovación, la investigación y el desarrollo aseguren y afirmen estos derechos a través del conocimiento que producen.

Una perspectiva de derechos humanos también permite tener presente que el acceso a la información científica es un derecho humano, como indica el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que sostiene el derecho de todas y todos a participar y beneficiarse del progreso científico, y estar protegidos del mal uso de la ciencia.

Un enfoque de la ciencia basado en los derechos humanos busca crear las condiciones para la participación colaborativa de la comunidad académica mundial y el acceso equitativo a la información y los bienes de la ciencia y tecnología, procurando garantizar la seguridad, la salud y la sustentabilidad, así como la inclusión de las necesidades de las personas y de las comunidades, asegurar que participen en las decisiones que afectan sus vidas y recursos.

La Declaración sobre el Uso del Conocimiento Científico de la UNESCO de 1999 establece que “hoy, más que nunca, la ciencia y sus aplicaciones son indispensables para el desarrollo. Todos los niveles de gobierno y el sector privado deberían brindar un mayor apoyo para construir una capacidad científica y tecnológica adecuada y equitativamente distribuida a través de programas apropiados de educación e investigación como una base indispensable para el desarrollo económico, social, cultural y ambiental”.

De hecho, los enfoques en los derechos humanos pueden tener impacto en muchas áreas de la ciencia, la tecnología y el desarrollo, que incluyen producción energética, cambio climático, deforestación, acceso al agua potable, seguridad alimentaria, y género. También están en el corazón de los debates sobre el desarrollo de una economía verde.

Lo anteriormente señalado, remite a otro sello institucional de la UTEM: la sustentabilidad.

Los enfoques de la ciencia, la tecnología y el desarrollo asociados a los derechos están estrechamente ligados a la búsqueda permanente de una mayor sostenibilidad mundial. El mensaje de la UNESCO para Río+20, “Desde economías verdes a sociedades verdes” indicó que lograr un desarrollo sostenible requiere más tecnologías de baja emisión de carbono e inversiones limpias. Pide políticas basadas en los derechos humanos que tengan en cuenta no solo consideraciones económicas sino también científicas, sociales y las educativas.

La ciencia, la tecnología y el desarrollo son fundamentales para la revolución post–industrial del siglo XXI. En ese contexto, los derechos humanos son fundamentales para pensar cómo pueden promover el bienestar, asumiendo que ello incluye el derecho a la sostenibilidad.

Una de las dimensiones de este esfuerzo es el trabajo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que, como se sabe, es una de las apuestas de la humanidad más significativas del último tiempo, con una hoja de ruta y compromisos de carácter transversal.

Entre sus objetivos destacan precisamente los relacionados con la educación en derechos humanos. El Objetivo de Desarrollo Sostenible N° 4, sobre Educación de Calidad, indica en forma explícita y elocuente: “De aquí a 2030, asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, mediante la educación para el desarrollo y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de la paz y la no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural”.

En tercer lugar, la responsabilidad social, que es otro sello institucional de la UTEM. Aunque sea innecesario consignarlo, es evidente que los derechos humanos son un componente clave de las sociedades democráticas y, por consiguiente, son una ruta de navegación para asumir el compromiso universitario con el entorno social.

También son un contenido fundamental en la formación de los profesionales integrales que la Universidad se ha propuesto promover, cuya integralidad se vincula precisamente con su sentido de responsabilidad social y, por lo tanto, con su conciencia de los derechos humanos como principio ordenador de la diversidad de las disciplinas profesionales y sus modos de ejercicio.

Sin duda, esa fue la perspectiva trazada por la UNESCO en la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, en que definió la misión de la Universidad pública como la formación de profesionales altamente cualificados y de ciudadanas/os capaces de reconocer y atender las necesidades de todos los aspectos de la vida social, ofreciéndoles cualificaciones que estén a la altura de los tiempos modernos, con el horizonte de “la consolidación en un marco de justicia de los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la democracia y la paz”.

Víctor Osorio

Coordinador

Programa de Derechos Humanos y Ciudadanía

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