Osorio regresó a Chile recientemente, luego de una estancia de dos meses en Alemania. No era primera vez en ese país, pero en esta ocasión iba a conocer a su equipo de trabajo, con el que lleva alrededor de un año trabajando de forma remota. Una compañía multinacional, que tiene sus oficinas en Berlín, es una de las oportunidades que ha tenido Daniel de volver a Europa, en donde conserva a muchos amigos desde su intercambio en España en 2019.
¿De dónde nace la idea de estudiar en el extranjero?
En el 2018, llegaron cuatro estudiantes de intercambio a mi carrera desde México, con los que coincidí en tres asignaturas y nos hicimos súper amigos: salimos, los llevé a conocer la ciudad y cuando ya los estábamos despidiendo, me pidieron que los acompañara a la oficina de la Dirección de Relaciones Nacionales e Internacionales, pues tenían que entregar unos documentos y no sabían dónde era.
Ese fue mi primer acercamiento al mundo de la movilidad internacional, y ahí mismo en la oficina me comentaron que yo también podía estudiar en el extranjero y que estaban las convocatorias abiertas, pero no estaba tan convencido.
¿Qué te motivó?
Hasta ese momento nunca se me había pasado por la cabeza estudiar en el extranjero. Quería terminar mi carrera, estaba terminando mi tesis, ponerme a trabajar, lo típico, pero al hablar con la gente del equipo de la DANeI y saber que podía encontrarme con mis amigos en México, llamé a mi hermano, que es como mi mentor profesional, y me dijo: “Inténtalo, eres joven, no tienes nada que te amarre a Chile”. Así que me puse a juntar los papeles.
¿Cómo fue que lograste tener dos becas?
La verdad me siento afortunado. En esa oportunidad se estaban dando menos posibilidades de financiamiento, entonces desde la DANeI me recomendaron entrar a los dos procesos de Becas que estaban disponibles en ese momento, la Beca Santander y la Beca Alianza del Pacífico. Me explicaron que nadie se ganaba las dos, entonces si no quedaba seleccionado en una, tenía chance con la otra. Primero recibí la buena noticia de la Beca Santander, y al mes después me informaron que me había ganado la Beca Alianza del Pacifico, algo que era impensado.
¿Por qué elegiste esos destinos?
Bueno, mi plan inicial era México, porque era donde me iba a reencontrar con mis amigos, también iba a ser un desafío más cercano, porque tenía gente que me apoyara y la lengua era la misma. España, fue principalmente por un compañero que ya había ido a la misma Universidad dos años antes que yo y mi jefe de carrera Claudio Molina me puso en contacto para pedirle consejos. Hablamos, me contó su experiencia, que fue muy enriquecedora, me contó cómo era la Universidad, que era muy cosmopolita, que había conocido mucha gente y me convencí.
¿Experiencias muy diferentes entre los países?
Muy diferentes, porque cuando fui a México era como la novedad, el único estudiante de intercambio en toda la Universidad, lo que fue increíble, todos preocupados de mostrarme la Universidad y de que mi experiencia fuera increíble. En España era diferente, pero no por eso malo, al contrario, genial también, cuando llegué éramos alrededor de 250 estudiantes de intercambio, por lo que tenía amigos de Corea, Indonesia, Italia, Londres, Alemania y todo el mundo. Conocí mucha gente, muchas culturas, demasiado bueno.
¿Y la experiencia académica?
En México, fue una experiencia súper provechosa, tuve cuatro ramos y mis profesores eran de muy buen nivel. Por ejemplo, el ramo de Finanzas que tomé, era como el equivalente a Finanzas 2 de la UTEM, entonces había conocimiento que ya tenía y me pude perfeccionar; me iba muy bien, incluso mejor que mis compañeros mexicanos. Los profesores eran muy exigentes y pude aprender cosas que acá no se pasan en la malla curricular y pienso que académicamente me sirvió mucho.
En España tuve la suerte de tener una profesora española que había conocido la UTEM, entonces tenía muy buenos recuerdos de nuestra Universidad y de Chile y me ayudó mucho. El nivel allá es muy bueno, y es genial ver otros contextos. Al final, en otro país uno siempre puede ver cosas parecidas, pero con enfoques diferentes y eso abre la mente.
Por ejemplo, en Finanzas me hizo clases un psicólogo, vimos habilidades de negociación, que son cosas que no vemos aquí en Chile y que para mí han sido uno de los ramos más importantes en mi desarrollo profesional.
¿Recomendaría a otros realizar un intercambio?
Por supuesto, les diría que la oportunidad de un intercambio es una vez en la vida, que no pierdan esa oportunidad, es una experiencia muy enriquecedora y que es el momento de hacerlo, y no necesariamente se tienen que ir a un país muy lejos, se pueden ir cerca, todos los países tienen lo suyo para llenarse de cosas nuevas y aprendizajes.
Ahora tengo amigos en todo el mundo, después de mi intercambio he vuelto dos veces a Europa, he viajado por Latinoamérica, y mi trabajo es completamente remoto y en otro país diferente al que vivo. Eso en gran parte es fruto de haber salido al mundo y haber conocido gente de diferentes latitudes.